El proscenio de la afamada Symphony Hall de Boston, inaugurada en 1900, está decorado con un gran número de placas vacías. Cuando llegó el momento de grabar los nombres de los grandes compositores cuya música llenaría la sala en los años por venir, los directivos no encontraron consenso sobre cuáles serían en verdad intemporales y las placas quedaron vacías, excepto por una...
El único nombre en el que el consenso fue unánime —el único compositor entre todos los demás cuyo legado fue considerado como inequívocamente esencial para ser grabado en oro, justo al centro del escenario— fue por supuesto Ludwig van Beethoven.
Beethoven nació en Bonn, Alemania, en 1770. ¡Este 2020 celebramos sus 250 años por todo lo alto!
