Yannick Nézet-Séguin dirige Mahler y Shostakóvich

Las dos obras se inspiran en la poesía de dos autores diferentes, Adam Mickiewicz para el Totenfeier de Mahler y Evgueni Evtouchenko para la Sinfonía n.° 13 de Shostakóvich, y posan interrogantes sobre la existencia y la muerte. En las anotaciones de Mahler sobre Totenfeier se lee: «delante de la tumba de una persona amada (...) surgen las interrogantes: ¿qué significa la muerte? ¿Existe una continuación?». Y es esta misma pregunta la que se hace Shostakóvich, casi un siglo más tarde, delante de los horrores nazis y de la persecusión del aparato soviético. El subtítulo de su sinfonía, «Babi Yar», evoca en efecto una de las peores masacres del Holocausto en un barranco en Ucrania. El compositor ruso, rebelde a las obsesiones artísticas del Partido y personalmente conmovido por los crímenes del régimen soviético, de los cuales por poco no logra escapar, firma aquí una obra intensa, profunda y humanista a su propia imagen.

Fotografía: © Bob Bruyn
Yannick Nézet-Séguin aparece gracias a la amable autorización de Deutsche Grammophon

Agradecemos mucho al Concert Hall De Doelen por esta colaboración.