Tres obras maestras de Ravel, Chausson y Françaix — Con Yura Lee, Kristin Lee, Richard O'Neill, Nicholas Canellakis, Arnaud Sussmann y Wu Han

Compositor poco conocido pero imaginativo y prolífico, Jean Françaix dedica en 1933 su Trío para cuerdas al famoso Trío Pasquier. Los dos movimientos que lo enmarcan son dancísticos y rítmicos, y contrastan con la atmósfera transparente y dulce de los movimientos centrales. Después, compuesta para la violinista húngara Jelly d’Arányi (sobrina de Joseph Joachim), la Tzigane («gitano», en francés) de Ravel es una serie de variaciones de carácter improvisatorio en forma de una rapsodia que evoca el abanico técnico y expresivo del violín gitano: pizzicatos, glissandos, dobles cuerdas, armónicos; una obra maestra del repertorio para el violín solista. Finalmente, cierra el programa el Concierto para piano, violín y cuarteto de cuerdas de Ernest Chausson. La obra combina de forma poética el universo armónico de su mentor César Franck con elementos rítmicos propios de un Fauré. Cuando se estrenó, el crítico musical Pierre Lalo la calificó como «una de las obras de música de cámara más significativas e interesantes escritas en años recientes».