Ópera

El niño y los sortilegios de Ravel

Laurent Pelly (puesta en escena), Kazushi Ono (dirección) – Con Khatouna Gadelia (Niño), Elodie Méchain (Mother)...

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Casting

Laurent Pelly — Director de escena

Barbara de Limburg — Escenógrafo

Joël Adam — Iluminador

Jean-Jacques Delmotte — Diseñador de vestuario

Laurent Pelly — Diseñador de vestuario

Khatouna Gadelia — Child

Élodie Méchain — Mother / Chinese Cup / Dragonfly

Elliot Madore — Grandfather Clock / The Cat

Paul Gay — Armchair / Tree

Julie Pasturaud — Chair / Bat

François Piolino — Teapot / Little Old Man (Arithmetic) / Frog

Kathleen Kim — Fire / Princess / Nightingale

Natalia Brzezińska — Shepherd

Hila Fahima — Shepherdess

Stéphanie d’Oustrac — Cat/Squirrel

Kirsty Stokes — Owl

Sobre el programa...

Kazushi Ono y Laurent Pelly nos ofrecen una representación inspirada y poética de la ópera para niños El niño y los sortilegios.

El niño y los sortilegios es una fantasía lírica de Ravel, a partir de un libreto que Colette había escrito para su hija. Sin embargo, Ravel necesitó muchos años para escribir la partitura que acompañaría al texto de la novelista, ya que el compositor tuvo que hacer frente a la vez a la muerte de su madre y a la enfermedad. A fin de cuentas, su música y la escritura de Colette se mezclan perfectamente, unidas en un lirismo a veces cruel y con una impresionante libertad formal. La obra reúne así numerosos estilos, del jazz al pastiche, pasando por las músicas de inspiración oriental, resultando el conjunto tan armonioso como revigorizante.

La ópera cuenta la historia de un niño malo que no escucha a su madre y se porta mal en cuanto ella se da la vuelta. Cuando su madre lo pilla con las manos en la masa, lo manda a la cama. Tras quedar solo, el Niño se enfada y se deja llevar por sus malos impulsos. Una vez calmado, se dispone a dejarse caer en el Sillón, pero este lo esquiva. ¡La habitación está viva! De repente, el Niño se da cuenta de que ha herido a los objetos y a los animales. Ávidos de venganza, se alían y se echan sobre él. La Ardilla está herida. El Niño cura su herida con una cinta. Los animales se dan cuenta entonces de que él también está herido. Preocupados, se reúnen alrededor de él y curan sus heridas. Mientras la luz cae, los animales huyen, celebrando la nueva bondad del Niño.

Fotografía: © Simon Annand

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