Documental

Bolshói, un renacimiento

La restauración de los años 2000

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«El Bolshói es a la cultura rusa lo que el Kremlin al poder», afirma el director de cine Denis Sneguirev.

Entre los principales escenarios de ópera y danza de todo el mundo, el teatro Bolshói de Moscú goza de un aura especial. Inaugurado en 1856, con motivo de la consagración del emperador Alejandro II, el Bolshói no era más que un teatro de provincia, en una época en la que la capital del imperio zarista estaba en San Petersburgo. Fue necesario esperar hasta el siglo XX y la Revolución de octubre para que el Bolshói, «el Grande» en ruso, se convirtiera en el principal teatro de Moscú, capital de la Unión Soviética. Lenin pronunció su último discurso en público en el Bolshói y Stalin proclamó la creación de la URSS bajo su cúpula. El Bolshói se convierte entonces en el símbolo cultural de un imperio soviético en plena expansión.

En 2005, el Bolshói ya no es más que el fantasma de su gloria pasada. Las fachadas están cubiertas de manchas, las columnas de su pórtico neoclásico se inclinan peligrosamente, los cimientos crujen, los muros se agrietan. Los dorados del ilustre teatro han perdido su brillo. Ha llegado el momento de emprender una gigantesca renovación. Es el comienzo de enormes obras de restauración o más bien de reconstrucción. Los 3000 miembros de la compañía son trasladados a un nuevo edificio, el Nuevo escenario, lo que permitirá a la compañía mantener su actividad.

En un documental excepcional, Denis Sneguirev invita al espectador al rescate de un teatro mítico. Mezclando imágenes en 3D, animación, imágenes reales y entrevistas, el director hace revivir al Bolshói de sus orígenes hasta la actualidad. Recurriendo a archivos soviéticos y rusos, nos remontamos en el tiempo hasta la época en la que las estrellas del Bolshói se llamaban Vishnevskaya, Grigorovich, Vassiliev, Maximova, Plisetskaya. Óperas y ballets clásicos alternaban entonces con las grandes máquinas propagandistas destinadas a estimular la valentía de los trabajadores comunistas…

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