Sir András Schiff interpreta Mozart y Bach

Siguiendo una ruta armónica perfectamente planeada por el pianista, comienza el recital con la mítica Ofrenda musical, una obra que Bach dedica al rey de Prusia y en la que demuestra su profundo dominio del contrapunto, comenzando con este primer «ricercar» (una suerte de fuga) a tres voces, seguido por una interpretación extraordinaria de la oscura y caleidoscópica Fantasía en do menor, K. 475 de Mozart, en la misma tonalidad que la obra de Bach. Luego, Schiff encadena la Suite francesa en sol mayor de Bach con una pequeña fuga de Mozart escrita en Leipzig —donde Bach pasó gran parte de su vida— y, no por nada, «un homenaje al maestro» (Schiff), para transitar luego a si menor, una tonalidad que en Bach se asocia con lo trágico y en la que Mozart solamente incursionó con este Adagio, K. 540. Por último, damos un salto hacia la luz con la Sonata en fa mayor, K. 533/494 («la más bachiana de las sonatas de Mozart»: Schiff) y la Partita en si bemol mayor de Bach como su contraparte.

Fotografía: Sir András Schiff © Nadia F. Romanini