Dos cuartetos de Kreisler y Mahler – Con Daniel Hope, Wu Han, Benjamin Beilman, Danbi Um, Paul Neubauer y David Finckel

«It’s Mahler!», asevera Leonardo DiCaprio en el papel de Teddy Daniels en Shutter Island (Martin Scorsese, 2010) cuando el personaje de Mark Ruffalo pregunta si la música que suena en un gramófono es de Brahms: un error comprensible, dado que se trata de una obra de juventud del compositor bohemio pero inspirada profundamente por Brahms. Gustav Mahler es uno de los compositores más inmediatamente reconocibles en sus populares sinfonías y ciclos de canciones, pero con solo 16 años escribe un movimiento de un cuarteto (o un cuarteto del que solo se conserva este movimiento) para piano, violín, viola y violonchelo al final de su primer año como estudiante en el Conservatorio de Viena en 1876. La formación elegida, el material temático y su tratamiento son claramente brahmsianos, si bien la obra anuncia ya la inventiva melódica única del compositor.

Si Mahler rinde homenaje a Brahms en Viena, Kreisler plasma su Austria natal desde Estados Unidos (donde pasó gran parte de su vida) en este poco conocido pero acabado Cuarteto para cuerdas en la menor interpretado por miembros de la Chamber Music Society de Lincoln Center. Internacionalmente conocido en su época como violinista, y en la nuestra como compositor de muchas de las piezas de salón más socorridas por todo solista de este instrumento, Fritz Kreisler compone en 1922 una obra sofisticada y heterogénea que describe el paisaje musical de su época y de su ciudad. Según sus propias palabras: «Mi confesión o mi declaración a Viena, lo que esa ciudad representa para mí y mi gran amor por el espíritu vienés».