El Réquiem de Verdi, por Christian Spuck

La puesta en escena con danza de un oratorio no es algo del todo nuevo; la colaboración fascinante entre Peter Sellars y sir Simon Rattle en las Pasiones de Bach son un claro ejemplo. El Réquiem de Verdi, la más «operística» de las misas, y final y coronación de la carrera del compositor, sin embargo, no había sido traducida al ballet antes de que el ballet de Zúrich afrontara el reto.

En este espectáculo asombroso, todos los actores —orquesta, coro, bailarines y cuatro grandes cantantes: Krassimira Stoyanova, Veronica Simeoni, Francesco Meli y Georg Zeppenfeld— encarnan con sus voces y con sus cuerpos esta obra maestra de la música coral y religiosa.En un estilo especialmente italiano de concertazione, Fabio Luisi se ocupa de un equilibrio sonoro con el coro al centro de su concepción en la que voces y bailarines se complementan en una pieza narrativa profunda firmada por Christian Spuck.